27 de febrero de 2017

ENSEÑANZA DE LA SEMANA




Revolución de la mente
 
Buda dijo muy claramente que los seres humanos tienen cinco deseos principales: comida, sueño, sexo, dinero, fama. A medida que crecemos estos cinco deseos se van haciendo más fuertes. Así que la verdadera revolución de la mente viene de mirar dentro de nosotros mismos. Buscando en el "Yo". No te preocupes por no encontrar nada. Con sólo con buscar en el  "Yo", las cosas cambian. No tienes que creer en el budismo. No es  budismo; es simplemente un ser humano que tiene una gran pregunta. Eso es todo.

Es importante satisfacer los cinco deseos, pero si eso es todo lo que es tu vida, nunca serás feliz. Busca dentro de ti mismo. Pregúntate ¿Qué soy yo? No sé. Ese es el verdadero tesoro, tan valioso. Entonces, podrás cambiar tu relación con los cinco deseos e incluso usarlos para ayudar a todos los seres. Esa es la verdadera revolución de la mente. 

20 de febrero de 2017

ENSEÑANZA DE LA SEMANA



Ahora es el momento
 

 
Nadie garantiza nuestra vida. Así que si hay algo que crees que puede ser útil, ahora es el momento de usarlo. En nuestra vida, la mente del pasado no se puede alcanzar. La mente del presente no puede ser alcanzada. Si dices "presente",  eso ya no es presente, ya se ha ido. Si pierdes éste momento, nunca lo podrás recuperar.

Sigamos el ejemplo de Buda. Buda significa despierto. Si se va a despertar, mañana es demasiado tarde. Una hora a partir de ahora también es demasiado tarde. Incluso un segundo a partir de ahora ya es demasiado tarde. Justo en éste momento, despierta. Espero que cada uno de ustedes hará la práctica correcta en su vida y alcanzará éste despertar. Entonces, un paso más será importante: Utiliza éste despertar para ayudar a todos los seres. 



Por el Maestro Zen Wu Bong

14 de febrero de 2017

ENSEÑANZA DE LA SEMANA


El Maestro y el ladrón


Hace mucho tiempo, había un maestro budista que era sabio y compasivo. Él tenía muchos estudiantes brillantes, les enseñó la meditación y otras prácticas. Le tenían un gran respeto.
 Pero había una cosa en el monasterio que no podían tolerar. Había un joven discípulo que a menudo robaba a sus hermanos monjes, robaba su dinero y cosas pequeñas en el monasterio. 
 Los monjes se quejaron de él con su maestro: "Maestro, nos roba nuestras cosas, por favor, aconséjele." 
El sabio dijo "Denle un poco de tiempo, va a aprender. Voy a hablar con él", el sabio llamó al joven discípulo después de que todos se fueron "Estas cosas son insignificantes, solamente la práctica correcta te dará lo que estás buscando, trabaja duro en tu práctica y deja de robar cosas. 
El joven monje se postró ante el sabio con respeto y se marchó. Él estaba avergonzado de su hábito y estaba determinado a tratar de detener ésta costumbre. Era una persona inteligente y buena, como la mayoría de la gente que va en el camino, pero era demasiado difícil para él cambiar sus patrones mentales (no es a menudo fácil para todo el mundo). 
Pocos días pasaron sin ningún problema, pero no pudo resistir la tentación por mucho tiempo, falló y por desgracia para él fue capturado otra vez, los monjes desfilaron de nuevo con el sabio llevando consigo al culpable, el sabio los desestimó diciendo "Denle un poco de tiempo va a aprender”. 
Lo agarraron unas cuantas veces más y lo llevaron delante del sabio por justicia, pero no haría más que despedirlos diciendo" Que no les importe el, ustedes hagan sus prácticas. Él aprenderá a comportarse”. Los monjes crecían impacientes con su maestro por su extraño comportamiento. No podían entender por qué no le enviaba fuera del monasterio. 
Sucedió una vez más, sometieron al joven monje frente él y no se sorprendieron que desestimara el caso sin decir mucho. Esta vez los monjes estaban determinados, querían una decisión permanente de parte del Gurú. Dijeron a coro "Maestro no podemos soportarlo más, no puede mantener aquí a este ladrón, no nos quedaremos aquí si él se queda ". 
" Bien entonces, todos ustedes pueden irse. No voy a abandonarlo. ", Fue la respuesta. Los monjes estaban sorprendidos por la inesperada respuesta. 
" Oh maestro! Oh maestro! Por favor, "Dijeron los discípulos con una voz suave”.  
“Todos ustedes son buenos discípulos, obtendrán la admisión en cualquier monasterio. Pero él no será aceptado en cualquier otro lugar, no voy a dejarlo. "Dijo el compasivo maestro. 
El joven monje que estaba viendo toda esta conmoción fue tocado por la compasión del gran maestro y su determinación fue tan fuerte que renunció a robar a partir de entonces, para siempre.